El Macho montés, es el animal de caza mayor más emblemático de la Península Ibérica, es exclusivo de esta región, a diferencia de otras especies que habitan en toda Europa, como ciervos, corzos o jabalíes. Esto le convierte en un símbolo de nuestra fauna autóctona.

En España, tenemos cuatro subespecies cinegéticas de cabra montés, reconocidas por el Safari Club Internacional (SCI), derivadas de las dos subespecies biológicas que tenemos actualmente en España (Capra pyrenaica hispánica y Capra pyrenaica victoriae), que habitan en nuestras regiones montañosas. Para comprender mejor sus diferencias he preparado una tabla que resume sus características principales:

Características Macho Montés Sudeste Macho Montés de Gredos Macho Montés de Beceite Macho Montés de Ronda
Distribución Sierra Nevada, Sudeste de la península ibérica Sierra de Gredos, Castilla y León, Extremadura, centro de España Zona de Levante, Aragón, en el este de España Sierra de las Nieves y Serranía de Ronda, Andalucía, suroeste de España
Morfología Cuernos acarnerados, más pequeños que otras especies, pelaje de color pardo. El más grande de todos, cuernos en forma de lira y de pelaje más oscuro Cuernos hacia arriba y abiertos hacia fuera Es el más pequeño de todos, cuernos más pequeños y rectos

Estas subespecies del macho montés además de presentar diferencias físicas, su comportamiento y su distribución geográfica también varían. Es importante recordar que la caza del macho montés está regulada en España y sujeta a normativas específicas en cada región para garantizar la conservación de esta especie.

Hace tiempo, decidí embarcarme en una expedición al Sureste de España, más concretamente a las Alpujarras Almerienses, con el objetivo de cazar un ejemplar selectivo de macho montés. La caza selectiva es una tarea esencial ya que contribuye a la gestión responsable de las poblaciones de especies de ungulados silvestres.

Para esta cacería, conté con mi equipo de confianza y, por supuesto, con mis balas Norma TipStrike .270 Win. , una elección excelente para la caza del macho montés. La confianza que me genera me motiva a utilizarla para esta cacería.

Explorando las montañas de Sierra Nevada, en la cuenca del río Gándara, me encontré con un terreno árido y pedregoso. A pesar de las condiciones aparentemente hostiles, las cabras monteses han logrado adaptarse a esta área.

Durante el rececho, observé cómo las cabras se dirigían hacia zonas con vegetación, donde causaban daños a la agricultura local. Tras una cuidadosa aproximación, logré abatir un macho selectivo con un solo cuerno, un ejemplar que podría haber transmitido defectos genéticos si se hubiera permitido que continuara reproduciéndose.

Un disparo certero a más de 180 metros, hizo que el macho cayera seco gracias a la capacidad de expansión controlada de la bala. Tuve la gran suerte de que el animal rodara hasta abajo sin que se dañara el cuerno que tenía, lo que me facilitó bastante el cobro.

Esta cacería no solo fue una oportunidad para la caza selectiva, sino también una contribución a un estudio científico llevado a cabo por la Fundación Artemisan sobre la situación de la cabra montés en España. El estudio aborda diversos aspectos sobre la biología, ecología, gestión y conservación de la especie y es esencial para comprender y proteger a estas magníficas criaturas.

Como cazadores, tenemos la responsabilidad de ser guardianes de la naturaleza y, en ocasiones, debemos practicar la caza selectiva para preservar la salud de las poblaciones de especies. La caza puede ser una herramienta efectiva para la gestión y conservación de la fauna, y debemos ejercerla de manera responsable.

¡Gran felicidad por conseguir abatir este precioso ejemplar, que por su peculiaridad es único! De los trofeos que me gustan abatir.

 

 

¡Feliz semana a todos!

¡Muchas gracias por seguirme!

¡Nos vemos en el próximo artículo!

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