En una entrada anterior hablamos de que la mejor opción para la mejora de cotos de caza mayor pasaba por un correcto y equilibrado aprovechamiento y, en la medida de lo posible, ponerse en manos de buenos profesionales para la gestión del mismo.

En esta segunda entrega vamos a dar unas breves pinceladas de la rama de la gestión del medio natural que es la mejora de cotos de caza.

Lo mejor que le puede ocurrir a un coto es que sus titulares y/o gestores tengan claro unos objetivos razonables para el mismo y tengan la constancia necesaria para llegar a conseguir lo que se quiere. Las cosas en el campo rara vez se consiguen de la noche a la mañana. Y si queremos tener un coto “de bandera” será necesario tener paciencia, hacer algunos pequeños sacrificios e invertir (no malgastar) tiempo y dinero.

En todo caso, los mejores resultados se obtendrán actuando diligente y eficazmente sobre los factores limitantes. No obstante hay que mantener un correcto equilibrio de todos ellos si queremos que la actividad cinegética sea económicamente viable (o rentable) o si no se comercializa la caza, depare el máximo de disfrute al menor coste. Sea cual sea el caso, el balance BENEFICIOS (económicos o no) y COSTE, debe ser netamente positivo.

Hay que tener en cuenta que cada punto de cada apartado siguiente tiene enjundia como para hacer un libro entero, y que con estas líneas tan sólo se esboza una simple enumeración de mejoras posibles y necesarias.

MEJORA EN LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA
Todo acotado debe cumplir una serie de requisitos administrativos y legales para su declaración, mantenimiento y buen manejo. De forma muy resumida:
Correcta delimitación de sus límites, tanto sobre el terreno como en el Plan Técnico de Caza. En este sentido hay que puntualizar que la superficie “oficial” de un coto la determina la superficie catastral de las parcelas incluidas en el mismo. Por tanto sería conveniente comprobar que la superficie en los “papeles” y en “campo” coinciden.
Correcta señalización. Debe estar correctamente señalizados (con tablillas y señales homologadas), tanto el perímetro como las zonas de reserva y seguridad. Para esto existen tablillas de primer y segundo orden. Y deben estar colocadas correctamente.
Plan Técnico de Caza en vigor. Es cada vez más importante que sobre el mismo esté plasmada fielmente la realidad del coto. Censos bien hechos, correcto cálculo de la capacidad cinegética y de los cupos de captura, etc… Pónganse en manos de un buen técnico redactor, y exíjanle, para eso cobra.
Estar al día en la presentación de Memorias anuales cinegéticas y el pago de la matrícula del coto e impuesto de gastos suntuarios.

MEJORA DE LAS INFRAESTRUCTURAS
Las infraestructuras con las que cuenta un coto se pueden dividir en:
– Infraestructuras viarias (pistas, caminos, carriles y veredas)
– Infraestructuras contra incendios.
– Infraestructuras cinegéticas propiamente dichas (tiraderos, comederos, bebederos, capturaderos, cercados de protección de cultivos, torretas de caza y /o vigilancia, etc…)

MEJORA DE LA VEGETACIÓN Y OFERTA ALIMENTICIA
– Desbroces selectivos.
– Mejora de pastos (abonado, implantación de praderas)
– Siembras para la caza.
– Podas de fructificación y sanitarias.
– Resalveo y podas de formación.
– Regeneración y rejuvenecimiento de matorrales nobles.
– Tratamientos fitosanitarios contra plagas que merman la producción de frutos (bellota, piñones, acebuchina, etc..)
– Establecimiento y mejora de puntos de agua.
– Establecimiento de un programa de suplementación alimenticia en períodos de escasez

Se debe actuar prioritariamente sobre aquellos factores limitantes. Por ejemplo, si en un acotado existe poca cantidad o calidad de pastos herbáceos frente a una buena arboleda de quercíneas (encinas, alcornoques y quejigos), cualquier actuación tendente a mejorar estos pastos (desbroces selectivos que aumente su proporción, abonado, implantación de pratenses, etc…) tendrá una mayor repercusión (siempre que la actuación tenga cierta entidad) que si se actúa con unas podas de mantenimiento sobre el encinar.

Especial atención debe prestarse a los puntos de agua, que deben ser abundantes y estar homogéneamente repartidos por toda la superficie del mismo. Además se debe evitar la agrupación de gran cantidad de animales en estos puntos, pues son un magnifico punto para el contagio de enfermedades (tanto por contacto como las transmitidas por garrapatas, mosquitos, etc…).

En cuanto a la suplementación artificial, mi opinión es que debe ser una actuación puntual, pero nunca se puede convertir en una costumbre o una cuestión fija y permanente. Los animales deben poder disponer de todo lo que necesitan en el campo. Y para eso debe haber unas densidades acordes a la capacidad de carga del medio (superarlas compromete el estado del monte y la arboleda y su regeneración). Tan sólo son justificables cuando todo se está haciendo muy muy bien y queremos un “extra” en la calidad de los trofeos, o en períodos de escasez (muy habituales en climas mediterráneos). Además se debe aportar alimentos realmente nutritivos y que aporten realmente lo que requieren los animales. Se debe desterrar esa práctica, desgraciadamente tan extendida, de echar fruta podrida (o se pudrirá en el campo), pulpas de tomate o remolacha, maíz a diestro y siniestro, etc… simplemente porque es barato. Esto puede acarrear graves perjuicios a nuestro coto, como enfermedades o diarreas a chotos que arrastrarán (si no se mueren) esa enfermedad en la calidad de su cuerna para siempre. Poca mejora es esta para nuestro coto.

MEJORA DE LA CABAÑA CINEGÉTICA.
– Mantenimiento de densidades acordes a la capacidad de carga del coto.
– Mantenimiento de sex ratios adecuadas. Relación de machos y hembras equilibrada.
– Programa de caza selectiva que elimine ejemplares mal conformados y enfermos.
– Programas de repoblaciones de animales vivos (sólo en casos extremos y con asesoramiento profesional)

En este sentido me gustaría señalar que considero fundamental, tanto para la mejora de trofeos como para que nuestras especies de caza críen aceptablemente, la TRANQUILIDAD de nuestros cotos. Estar permanentemente pegando tiros, “molestando” con perros “cazadores”, voces, gritos injustificados, maquinaria, etc… es muy perjudicial para la caza salvaje (aunque sea en cotos cercados y puedan parecer “acostumbradas”). La caza selectiva hay que hacerla cuando hay que hacerla, y tan sólo los animales enfermos hay que eliminarlos en cuanto se detecten. De nada servirá un magnífico plan de mejoras, diseñado y ejecutado por un gran profesional si luego los animales tienen un nivel de estrés intolerable.

Pero con todo, lo más importante para nuestro coto no es nada de lo mencionado anteriormente. Lo más importante para nuestro coto es un buen GUARDERÍO, profesional, disciplinado, y a ser posible, con la titulación requerida. En este sentido sería recomendable que tuviera la titulación de Guarda Rural homologada por el Ministerio del Interior. Y estos profesionales deben ser reconocidos profesionalmente y por tanto, bien pagados. Tener una buena guardería es la piedra angular para que todo plan de mejoras se ejecute convenientemente y tenga éxito. Además evitará o disminuirá a valores insignificantes el furtivismo.

Muchas gracias, y hasta la próxima entrada.

José María Guerrero Jiménez-Castellanos
Ingeniero de Montes

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